Porfirio
Díaz nació en Oaxaca, en la antes provincia de antequera, la noche del 15 de septiembre de 1830 y fue bautizado por su padrino José Agustín
Domínguez ese mismo día. Era el sexto de siete hijos, concebidos en el
matrimonio de José Faustino Díaz Orozco y María Petrona Cecilia Morí Cortés, quienes
se casaron en 1808, cuando el padre de
Díaz manejaba los negocios de una empresa de minas y metales de Cinco Señores, San José y El Socorro, en
el distrito de Ixtlan. Poco tiempo después, José Faustino se enroló en
el ejército insurgente de Vicente Guerrero, donde fungió
como veterinario, y, tras un tiempo, fue nombrado coronel. En 1819, tras once años de matrimonio, la pareja concibió
a su primera hija, . Dos años después nacieron los gemelos Cayetano y
Pablo, quienes murieron en la infancia; luego vino el nacimiento de dos mujeres
más, Manuela y Nicolasa. En 1830 nació Porfirio, y en 1833, el hermano menor, Felipe Días Morí.
En 1820, los Díaz se establecieron en el centro de la
ciudad de Oaxaca, donde compraron un mesón frente al templo, que alojaba a los
viajeros que llegaban a la ciudad a comerciar. En este tiempo, José Faustino Díaz montó un negocio dedicado a la herrería, lo que le produjo
ganancias que hicieron que su familia tuviera una situación económica holgada
durante algunos años.
Durante
el verano de 1833, se desarrolló una epidemia de cólera morbos, en la ciudad de
Oaxaca. A principios de agosto, José Faustino Díaz se vio infectado, y el 29 de agosto dictó su
testamento, dejando todos sus bienes a su esposa, Petrona Morí. Poco tiempo
después, el mesón ya no fue rentable y la familia adquirió el Solar del
Toronjo. Así es como describe Porfirio Díaz en sus "Memorias",
la situación familiar tras la muerte de su padre: "Su buen juicio
y sus deberes de madre le proporcionaron la manera de prolongar por mucho
tiempo aquellos escasos recursos". Las jovencitas Díaz: Manuela,
Desideria y Nicolasa se dedicaron a tejer, costura, y a hacer buenos postres y
alimentos para vender y mantener un sustento económico en la familia; Petrona
Morí, sembró nopales para la producción y venta de la "Grana
Cochinilla". En uno de los patios del Solar del Toronjo, la familia criaba
cerdos.
En 1835, Porfirio ingresó a la Escuela Amiga, institución
educativa controlada por la parroquia de Oaxaca donde aprendió a leer y
escribir. Pasaba sus días, jugando con amigos y vecinos del Solar del Toronjo.
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